Cuando hablamos de quemaduras, lo primero que viene a la mente son las quemaduras por el fuego o alguna otra fuente de calor. Sin embargo, una fuente de quemaduras a menudo pasada por alto (aunque común) proviene de sustancias químicas. Las quemaduras químicas pueden ser sobre la piel, o pueden afectar los pulmones y otros órganos internos a través de la inhalación de humos tóxicos. Los niños son especialmente susceptibles a las quemaduras químicas debido a su falta de conocimiento y una mayor curiosidad.

Las guarderías y otras empresas a veces no aseguran adecuadamente los productos químicos tóxicos para la limpieza. Los niños curiosos se lastiman al ingerir o inhalar los productos químicos. Esta situación es fácilmente prevenible y no debería ocurrir. Si su hijo ha sido herido por productos químicos debido a la negligencia de otra persona, llámenos para que podamos informarle sobre sus opciones.

Los calentadores de espacio, los pozos de barbacoa, los cables eléctricos, la grasa y otros artículos domésticos también representan un peligro significativo para los niños. Cada año, miles de niños se queman en su casa, en una guardería o en un restaurante. Las quemaduras por escaldadura causan el 65% de las hospitalizaciones relacionadas con quemaduras en niños menores de 5 años.